1. Introducción

Autoría: Mariana Porta

Seguramente existen tantos posibles abordajes a la tarea docente como personas involucradas en la docencia. Si recurrimos a los estudios dentro de ciencias de la educación, podremos recorrer una vasta bibliografía e incluso álgidas discusiones acerca de las diversas formas de aprender y de enseñar y las mejores opciones didácticas. Pero en los hechos, no todos llegamos a la docencia desde una carrera que incluya nociones de pedagogía y didáctica y mucho menos un trabajo sistemático sobre nuestras prácticas docentes, como puede tener un profesorado. En muchos ámbitos, la tarea docente se termina ejerciendo desde el conjunto de convicciones que tenemos sobre cuál es la manera más adecuada de enseñar o sobre cómo la gente aprende. Se suma la experiencia personal como alumnos, el sentido común y la experiencia docente que vamos acumulando que nos dice "lo que funciona y lo que no".

Si bien puestos a opinar todos tenemos una idea teórica de cómo la gente aprende y cómo debemos enseñar, lo que hacemos como docentes es más relevante para el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos, que lo que podemos llegar a pensar o decir acerca de los mismos. Por eso, poner las prácticas en el centro del proceso reflexivo puede llegar a tener consecuencias mucho más claras y positivas para nuestra docencia, que situar el debate solamente a nivel teórico.

Tomando lo dicho como punto de partida, nos estamos preguntando por el abordaje de la didáctica en entornos de aprendizaje híbrido. Es decir, nos situamos frente al desafío de integrar tecnologías. Pero este tema surge como una necesidad más vinculada a propósitos institucionales que a intencionalidades didácticas, al menos en este contexto. En un intercambio previo de este curso, se planteaba la pregunta de "si la tecnología es la respuesta, ¿cuál es la pregunta? En el caso directamente vinculado a los procesos educativos de la universidad den el Noreste, que motivaron este curso, algunas preguntas serían ¿Cómo logramos una propuesta educativa que funcione en tres sedes a la vez con un equipo docente distribuido en el territorio, para un alumnado también distribuido? ¿Cómo lo hacemos sin que la propuesta deba depender total y absolutamente de traslados? ¿Cómo logramos construir una comunidad educativa universitaria con docentes de diferentes carreras , distintas disciplinas y diversos enfoques de enseñnaza terciaria.  El uso de tecnologías aplicadas a la docencia parece ser por lo menos parte de la respuesta.

Lo cierto es que las preguntas no terminan allí. ¿Qué hago normalmente en una clase y cómo esto cambia o se mantiene cuando comienzo a usar tecnologías como plataformas moodle (EVA, por ej.) o videoconferencias? Indirectamente, el foco de nuestra atención principal, que parecía ser exclusivamente las TIC, pasa a ser nuestro repertorio de prácticas, nuestros recursos educativos, la forma en que presentamos los temas, creamos ambientes de aprendizaje y evaluamos.

Dadas las TIC, ¿cómo facilitan o complejizan esos procesos, cómo median, modifican, y como pueden potencialmente mejorarlos. ¿Es eso posible? Vamos a avanzar algunos pasos en esos procesos de apropiación de los cuales tanto hemos hablado, teniendo siempre claro que las TIC no son el propósito, sino un componente más de procesos que ya existen pero tendrán cambios.

A continuación compartimos un polimedia creado para este curso, donde mostramos un posible primer abordaje a la integración de TIC a nuestras prácticas, en una visión general. El resto del curso implicará detenerse en diversos aspectos ya avanzados aquí.

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